Publicado el 11/20/2023 14:25

Los famosos algoritmos, que a primera instancia suenan como algo que necesita aceite y electricidad para funcionar, se encuentran en nuestros celulares y aparentemente también en la estructura básica de nuestra percepción. Para poder explicar esto, primero definiré lo que es un algoritmo: “Instrucciones para resolver algún problema”. Por ejemplo, cuando utilizo una receta de cocina o quiero cambiar una llanta, hay ciertos pasos que debo seguir en un orden específico para lograrlo. ¿O acaso primero pongo la llanta y luego quito la que se ponchó? Es importante recalcar la importancia en el orden de los factores, o en este caso, eventos.
Con esta definición, les explicaré mi analogía, que trataré de representar lo mejor posible.
Una manera visual de imaginarnos un algoritmo es que cuenta con 3 partes fundamentales:
- Input
- Proceso
- Resultado
Vamos a reflexionar un poco más en estos tres elementos.
-
Inputs: Si hablamos de una receta de cocina, los ingredientes son indispensables para que la receta se pueda concretar. Es necesario cortar y tener instrumentos para hacerlo.
-
Proceso: Siguiendo con el ejemplo de la receta, el proceso implica cortar cebolla, hervir agua, colocar los cubiertos en la mesa, etc. Recordemos que es secuencial y existe un orden para que el proceso tenga sentido.
-
Resultado: El platillo ya está listo para comer.

Utilizando estas definiciones como contexto, me imagino que la vida y sus dimensiones son parte de un enorme algoritmo dirigido por el azar y el orden. Independientemente de que nosotros, como humanos, le demos sentido o no a nuestra existencia, hay algo que no podemos negar y es que estamos entrelazados en esta realidad espacio-tiempo, TODOS, y no se ve que las cosas vayan a cambiar en un buen “tiempo”.
Nuestro origen
Si vemos el Input Inicial como el big bang, y el Resultado Final como la inminente muerte, puedo decir a ciencia cierta que absolutamente NO tengo control en ninguna de estas dos; yo no pedí nacer, y yo no pedí morir, es algo inherente en este plano espíritu-material.
En este mismo espacio, me gusta hacer una comparación con respecto a cómo percibimos el ”Tiempo”, específicamente, pasado, presente y futuro. Es una hermosa coincidencia y me gustaría indagar más en esta correlación que me parece fascinante.
Me imagino que el presente, eso que escuchamos que hay que vivir más, pero no sabemos cómo, es la parte del algoritmo del proceso, y esto genera un gran impacto en mí porque, a comparación de las otras 2 variables Input y Resultado (Pasado y Futuro respectivamente) es en esta zona, donde yo tengo el control, pero, ¿A qué me refiero por “tener el control”?, ¿Que no lo tengo ya? Me explico a continuación.
Técnicamente sí, ya hacemos lo que queremos, pero al punto que quiero llegar es; Usualmente somos personas Reactivas, tratamos como nos tratan, o respondemos con lo primero que nos viene a la mente, como si no tuviéramos el libre albedrío de cambiar de opinión. Esto tiene como consecuencia una vida entregada al azar, a que el universo te manipule a su antojo. Pero a su misma vez también somos seres Proactivos, ¿Qué quiere decir? que tenemos la misma capacidad de reaccionar que de crear, y a este modo de existir, el modo crear, es al cual yo le llamo tener el control, a ser yo, a no ser esclavo del deseo ni de la ola social del momento.
¿Por qué digo esto? Porque al ser alguien proactivo, ya estás entrelazando tu pasado, presente y futuro mental con la espesa y mágica sustancia del universo, ya no solo reaccionas a lo que la vida te pone enfrente, al mismo tiempo te dedicas a crear aparentemente de la “nada”, y esto es un cambio de perspectiva muy radical en nuestra forma de pensar, porque, ¿Qué pasa cuando empezamos a tomar control sobre nuestras vida? Primero, el estrés que se genera por estar al pendiente de lo que no puedo controlar, desaparece, se va, porque a un grado interior de conciencia te das cuenta de que solo tienes control sobre ti mismo, y que lo que hagas contigo es únicamente tu responsabilidad, por decir algunos ejemplos:
- No puedo controlar la bolsa de valores, pero puedo investigar y saber qué tipo de divisa o acciones comprar.
- No tengo control sobre el costo de la gasolina, pero tengo el control de ahorrar mi consumo, haciendo caminatas cuando es posible.
- No tengo el control de la inminente muerte del universo gracias a la acelerada expansión del universo, pero puedo meditar, hacer ejercicio y comer saludable.
Todos los días me asombro por cómo los dispositivos tecnológicos y la esencia del ser humano está complejamente entrelazada e inherentemente, igual de complejo ya que los dispositivos repiten patrones que nosotros como humanos aplicamos todo el tiempo, regalándome la lección de que los dispositivos electrónicos merecen un lugar en nuestra psique y en nuestra espiritualidad.

Mi intención con este texto es poder entender que estamos en todas nuestras capacidades para hacer un cambio en nuestras vidas. La única persona y cosa que tiene control sobre ti ERES TU MISMO. Esto no es un speech motivacional para que te hagas millonario de la noche a la mañana. Más bien, es una fórmula que estoy empezando a utilizar en mis patrones mentales, que me ha ayudado a sentir plenitud en muchos aspectos de mi vida, y que hoy comparto esperando que a alguien le pueda ayudar a entender un poco esta realidad que a veces parece simulada y artificial.
PEEEEERO
Lo importante es entender y no solo decirlo, llevarlo a la práctica es más difícil de lo que parece, ya que es el momento en que empezamos a cuestionarnos a nosotros mismos de por qué honestamente pasa lo que pasa en nuestros universos mentales y físicos, y al mismo tiempo nos ayuda a ser empáticos con las personas que desafortunadamente ”Están tan desconectadas de sí mismas que solo pueden pensar en sí mismas“.
Hay cosas sobre las que no podemos hacer absolutamente nada, y eso es la vida. Darnos cuenta de que tenemos limitaciones como especie humana y estas mismas limitaciones son nuestros motores de impulso para un cambio real. Primero cambiemos a nosotros mismos y luego intentemos cambiar al mundo.
Cada evento que nos toca vivir es una oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos cómo hemos cambiado, cómo hemos avanzado y cómo estamos evolucionando.

©️ J.Simental
← Regresar